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LONDRES.- Eran los tiempos del SIDA… pero las restricciones de FIFA aún no llegaban al fútbol.

Ocurrió el 6 de septiembre de 1989, en un importante partido de clasificación para el Mundial entre Inglaterra y Suecia, el defensa inglés Terry Butcher chocó con un jugador sueco y perdió una cantidad importante de sangre.

Fue atendido por el personal médico y luego continuó jugando como si nada hubiera pasado.

Estaba completamente empapado en sangre. El partido terminó 0-0 y resultó crucial para que Inglaterra clasificara al Mundial de Italia 1990. Era una etapa diferente del fútbol.

En la actualidad, una gota de sangre en la ropa obliga a los árbitros mandar a fuera al jugador para que sea atendido y se cambie la ropa.

Butcher había sido ya mundialista en México 1986, con la escuadra de la Rosa jugó en la sede de Monterrey ante Marruecos, Portugal y Polonia.

Clasificó a la semifinal donde enfrentó a Argentina y donde los celestes los vencieron con el considerado el mejor gol de las Copas del Mundo por parte de Diego Maradona… y “la mano de Dios”.